5 También sabes lo que me hizo Joab, hijo de Sarvia, lo que hizo a los
dos jefes de los ejércitos de Israel: a Abner, hijo de Ner, y a Amasá, hijo de
Yéter, que los mató y derramó en la paz sangre de guerra; ha puesto sangre
inocente en el cinturón de mi cintura y en la sandalia de mis pies.
6 Harás según tu prudencia y no dejarás bajar en paz sus canas al seol.
7 Tratarás con benevolencia a los hijos de Barzillay de Galaad y
estarán entre los que comen a tu mesa, porque también ellos se acercaron a
mí cuando yo huía ante tu hermano Absalón.
8 Ahí tienes contigo a Semeí, hijo de Guerá, el benjaminita de
Bajurim, que me lanzó atroces maldiciones el día que yo iba a Majanáyim;
pero bajó a mi encuentro al Jordán y le juré por Yahveh: No te
mataré a
espada.
9 Pero tú no le dejarás impune, pues eres hombre avisado y sabes qué
tienes que hacer para que sus canas bajen en sangre al seol.»